Pence, peor que Trump / MIRANDO DE ABAJO

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Mister Donald Trump está de viaje. Primero Arabia Saudita, fuente de inversiones por un lado y auspiciadora de terrorismo contra los Estados Unidos por otro; luego Israel; después Francisco papa. Tres religiones de un soplido. Un megalómano lo puede todo, según… Cualquier cosa para evaporar los problemas caseros, que incluyen espionaje, corrupción y traición. Hasta ahora las investigaciones en apariencia no conducen a mucho, a un par de personajes como el histérico general Flynn quien de acuerdo a arriesgados analistas es solo figura secundaria, siendo el magnate con su familia el núcleo de la relación con Rusia, desde hace al menos una década, mucho antes de lo que por ahora resalta: la elección presidencial del 2016.

Los problemas se agravan. El señor Trump, el mismo que mientras preside el país teje las redes para mayor enriquecimiento, hasta el ilícito, aprovechando su posición, anda de capa caída. Que es tenaz y furioso valga en su descargo. A pesar de haber sido a momentos un gran perdedor, es hábil para recuperarse e incluso sobresalir en sus vericuetos económicos. Pero dada su palestra actual tiene sobre sí la mirada de gente e instituciones que velan porque los Estados Unidos mantengan firme la imagen que quieren repartir al mundo, algo en lo que él actúa a diario para destruir o disminuir.

Da la impresión de la inevitabilidad de su caída mucho antes de que termine su mandato. Mientras rebuzna en el exterior, en países que a pesar de odiar EUA se desviven por agasajarlo, un sino casi trágico se prepara para su retorno. Incluso si en el mejor de los casos pareciera que obtuvo transacciones de mérito en su periplo, los que se embarcaron en la tarea de sentarlo en el banquillo acusado no cejarán en el empeño de arrastrarlo a la caída, acompañados de una prensa inteligente, rica, muy bien informada y contactada, a la que el presidente declaró tontamente guerra para satisfacer un ego personal y el hambre “americana” de sus seguidores analfabetos o semi-letrados.

Se ha escrito, incluso, que dentro del Partido Republicano hay rumores de que se deben deshacer de él. Tipo pesado, vanidoso y bruto, no siempre conviene a la retórica derechista que lo acompañó en la victoria. Además de intratable, insufrible. Rumores que llegan a extremos de sugerir que se declare a Donald Trump no apto para gobernar y poner a Mike Pence, el vicepresidente en su lugar. Aguardan, quizá sin buscar, el pretexto perfecto para iniciarlo.

Pence es como lo ha demostrado la cáfila en el poder, otro embaucador; eso sí, con halo de santidad. Viene de aquella especie común en la animalidad del norte, ultra religiosa y conservadora a muerte, de aquella que a veces ya no se pone la capucha del KKK porque los tiempos se transformaron un poco, pero que guarda cruces ígneas y negros ahorcados en lo profundo de la psiquis.

El vicepresidente representa un peligro mucho mayor para el país en el espacio político. Finalmente Trump, a pesar de una impuesta retórica republicana, hará lo que convenga al imperio personal. Por eso está dispuesto a transar con rusos, chinos, árabes, judíos, hasta con norcoreanos si se diera la ocasión de lucrar y sin atención a dudosos detalles. Es elegir entre un corrupto y un iluminado (en el mal sentido) que desearía reencaminar las costumbres hacia el ascetismo (que no excluye riqueza) hipócrita donde los homosexuales son considerados enfermos. Pence apadrina la idea de tratar el homosexualismo con prácticas que implican tortura, que a través de dolor e imposición el individuo se “regenere” y participe de la sociedad creyente y pura. No solo lo dice, lo cree, y ahí uno de entre los muchos peligros que su ascenso traería, con el poder de su firma en mano y la convicción de que “América” es blanca, protestante, eterna.

22/05/17
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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), y en el blog del autor, Le Coq En Fer, 23/05/2017

Imagen:
1 Michael Ramirez
2 Habild

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2 Comentarios

  1. Exelente analisis, lamentablemente muy acertado, me duele toda América y temo por ella.

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    1. Sín ánimo agorero, puede ser peor. Pence daría lugar a políticas racistas, fascistas que si bien son reclamadas también por Trump pueden ser removidas de golpe si conviene a sus intereses. Por eso se ha iniciado felizmente una campaña en los Estados Unidos también para desacreditar a Pence, mientras lo hacen con Trump. Gracias.

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